Extracto del libro «La mente en equilibrio» (Ediciones B), de Daniel Fernández.
Disponible en todas las librerías de Argentina.
Que “todos los extremos son malos”, es una frase popular tan antigua como sabia. Y ciertamente nuestra salud mental va a depender de lograr establecer un punto medio. Un famoso mito griego que nos ilustra al respecto es el de Ícaro. Pero resulta difícil hablar de este personaje sin hacer referencia a su padre, de nombre Dédalo. Ambos estaban prisioneros en Creta y debían escapar, por lo cual Dédalo se las ingenio para construir un par de alas para él y otro para Ícaro. Las alas estaban hechas con plumas de aves, entretejidas con hilos y con cera. Y en cuanto Dédalo dio las alas a su hijo y se disponían a huir, advirtió a Ícaro: “Recuerda no volar demasiado alto ni demasiado bajo”. Esta recomendación resultaba imprescindible, dado que si volaban muy bajo podía ocurrir que la espuma del mar mojara las alas y, por el contrario, si volaban muy alto podía suceder que el calor del Sol derritiera la cera que adhería las plumas.
Dédalo se lanzó al vuelo seguido por su hijo, y así viajaron largo tiempo, hasta que en determinado momento Ícaro desobedeció el consejo de su padre y ascendió peligrosamente, remontándose hacia el Sol, regocijándose al notar la descomunal altura que podía alcanzar. Entonces, lo temido por su padre se cumplió: el calor del Sol derritió la cera de las alas e Ícaro, ya sin poder volar, se precipitó sobre el mar y así murió.
Dédalo había advertido no volar demasiado bajo ni demasiado alto. En definitiva, a lo que se refería era a encontrar ese imprescindible punto medio. Si reparamos en que Ícaro fue tentado por alcanzar una utópica grandeza, no es difícil deducir que lo que terminó derribándolo fue el exceso de ambición. Por ende, el punto de equilibrio saludable, quizá, podríamos situarlo entre esa ambición y el conformismo.
Quien sólo opta por no arriesgarse, por aferrarse temeroso al conformismo, será como quien vuela al ras del agua y corre el riesgo de mojar sus alas y no poder volar. Quien en su ambición no evalúa los riesgos y asciende sin medida ni propósitos claros, puede que pierda sus alas y perezca en la caída. El temor que nos detiene al conformismo no es más que un obstáculo que debe sortearse. Nunca habremos de superarnos, si sólo tenemos miedo de volar. Pero esto no significa dejar de lado la prudencia y arriesgarnos a todo sin evaluar las consecuencias. En todo caso, la mesura que faltaba a Ícaro y que todos deberíamos tener, debe ser la consecuencia de un análisis racional que ponga freno a impulsos desbordados.
Por lo tanto: Ni conformismo temeroso ni ambición irracional. Se trata de volar con una meta clara y con prudencia. Aquel que por miedo se conforma, termina construyendo una prisión en torno a sí mismo. Aquel que, por el contrario, pretende volar sin las alas adecuadas, remontándose por un impulso emocional y careciendo del freno necesario que impone la razón, caerá. La ambición es una herramienta necesaria, pero sólo funciona adecuadamente cuando quien la posee la utiliza con mesura.
Entrevista radial:
anna says
Muy interrsante e ilustrativo.gracias
Lic. Daniel Alejandro Fernández says
Me alegra que te gustara, Anna. Saludos cordiales!
Edishon Sobelvio says
La reflexion; «La vejez en tiempos de cólera», publicada en Rumbos; Empezar de nuevo. Diario de Cuyo (10/05/20). Es un reflejo de la realidad. Una descripción objetiva de las vejaciones que los políticos le están infiriendo peligrosamente a los ciudadanos mayores. Con una «cuarentena» interminable, castradora q nos está robando derechos constitucionales, pilares de la democracia. Que, nos convierte en zombies, muertos vivos. El artículo desnuda la cruda y perversa verdad. El ineficiente Estado ha impuesto un verdadero «Estado de Sitio Selectivo», y una «Discriminación inversa». Prisión domiciliaria a los mayores de 60, para que – si fuese necesario- no ocupen las pocas camas de Terapia intensiva existentes, ante un posible colapso de la pandemia, que nunca llega. Pero que nos tiene prisioneros, en ruinas hace 55 dias. Estimo que es un artículo que debería tener una mayor difusión x FFacebook y las redes x su claridad conceptual, actualidad y vigencia. No debemos escondernos eternamente, ni dejar q los inidoneos nos corran semana a semana la linea de llegada de este despropósito. Los derechos que no se defienden con convicción, se pierden x cobardia o irresponsablidad.
Edishon Sobelvio
DNI.7.932.275
Abogado
Lic. Daniel Alejandro Fernández says
Gracias por tu comentario!!
Alejandro says
Hola me encantó la reflexión, que conceptos podríamos utilizar para denominar ese punto entre ambición y conformismo